-¡Estás preciosa!
-¡Qué dices! Tu también estas muy guapo. – Lucas viene muy
sonriente. Lleva unos pantalones vaqueros, una camisa de cuadros roja, sus
botas como de costumbre, y también lleva un gorro. La verdad es que está
bastante guapo.
-Bueno, ¿dónde te apetece cenar? Hoy invito yo.
-¡No, eso no vale! Ayer me invitaste a comer. Hoy me toca a
mí.
-Si si, ya lo veremos. ¿Te apetece ir a La Toscana?
-Claro, me encanta la pizza.
Tras una bonita y divertida cena en la Toscana, hemos ido a
dar un paseo. Me lo he pasado súper bien. Me hace ser yo misma sin miedo a qué
pueda pensar. Puedo decir cualquier cosa porque sé que no me va a juzgar. Me
hace reír como nadie. Y me hace sentir como cuando de pequeña me daban algodón
de azúcar: ¡Locamente feliz!
-Y bien, Luna, ¿qué querías contarme?
-Verás… Es sobre mi hermanastro. Pero tienes que prometerme
que no se lo vas a contar a nadie Lucas. – Lucas me sonríe cariñosamente y
cruza mi dedo con el suyo.
-Prometido.
-Verás, mi hermanastro se ha metido en un buen lío, ha
conocido a una chica ….. – Después de contarle todo acabo llorando
desconsoladamente. – No quiero que le
pase nada …
-Oye, yo sé quién es ésa chica. Y también sé quién es su
hermano. Tiene mi edad. Se llama Mario. Mario y su hermana, Cristina. Cuando
sus padres se divorciaron tuvieron que quedarse con su padre, al que odiaban
porque les maltrataba, entonces se escaparon de casa a los 15. Al primero que
cogieron de nuestro grupito fue a Iván, hace dos años o así. Iván no se lo
contó a nadie por miedo, y acabó con psicólogos. El siguiente fui yo, que
también caí en esa trampa. Ella se hizo pasar por prima de Iván a través de un
correo, para conocerme. Y ahora tu hermanastro. Escúchame, Luna, tienes que
hacer que se separe de ellos. Son malos de verdad. Le harán robarle a tus padres,
o a ti. Le comerán la cabeza y después le costará mucho salir de ese mundo …
-No… no tengo palabras. No me lo puedo creer. ¿El correo es
gusilu…?
-¡Sí, ése!
-Lucas a mí también me ha hablado ese chico haciéndose pasar
por un chico que yo conocí en mi infancia, y dice que es primo de Iván. ¿Cómo
puede saber tanto de mí?
-Alomejor Héctor…
-Lucas, tienes que venir a contárselo a Miriam y a mi padre,
por favor.
-Claro. Deja de llorar, cariño, todo saldrá bien, de verdad.
Holaaa! Me paso por aqui para decirte que te he nominado al Best Blog Award en mi blog http://elblogdelachicaenlinea.blogspot.com.es/ Espero que te pases, un besooo! :)
ResponderEliminarGracias!!!
ResponderEliminarSii me pasaré!!
Un beso :)